domingo, 6 de agosto de 2006

A tiempo.

| |
Preparada a conciencia para huir, seducir y, a su edad, volver a empezar, en la dilatadísima espera, ya no sabía hacia dónde mirar.Después de varios arreglos, su cuerpo entero le resultaba incómodo. Su rostro, ni sombra de lo que fue, a una muñecona antigüa pertenecía, con asombro fijo en expresión, en general expectación. Sus caderas parecían ser de otra persona, sus senos, costales cargados de cemento, sus abultados pies, sin natural asiento.Tal vez debió ponerse unos zapatos menos altos y mas sueltos, un vestido menos estrecho, un sostén mas amplio que dejaran mas libres sus recompuestos pechos,...
Leer más...