sábado, 12 de mayo de 2007

On/Off.

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Del techo colgaba una lámpara grande sin luz que pendía de un cable demasiado corto para una persona de su estatura. Estaba llena de polvo al igual que los libros, películas de video, televisión y bafles que se encontraban en el estrecho mueble de pino sin barnizar.

¡Qué diferente el apartamento cuando estaba su dueño!.

Menos la lámpara de techo, todo estaba encendido: la televisión, el ordenador, el cigarrillo... El sofá se vestía con el cuerpo cansado de su habitante; la cabeza echada sobre el cojín, el cuerpo encogido en posición fetal, una respiración placentera y los pies abrigados por la mantita en una siesta dulce saboreada a horcajadas, llenaban la estancia de placer, en un sueño intermitente de voces televisivas.